Juan de la Santísima Trinidad Peña Fernández era conocido el mundo artístico como El Lebrijano, nació en Lebrija (Sevilla) el 8 de agosto de 1941 y falleció en Sevilla el 13 de julio de 2016, ha dejado para la posteridad aportaciones fundamentales en el desarrollo del arte flamenco, un arte que para él era algo intrínseco y natural al ser integrante de una familia gitana con un gran legado de cantaores, como son los Perrate de Utrera.
Su padre Bernardo Peña, era tratante de ganado y, su madre era la cantaora María Fernández Granados "La Perrata".
Comenzó muy joven compaginando el cante con el toque de la guitarra. Debutó en 1950 como guitarrista de Paquera de Jerez, pero a raíz de su triunfo en el concurso de 1964 celebrado en Mairena del Alcor (Sevilla), como cantaor, decidió dedicarse en exclusividad al cante. Uno de los primeros trabajos importantes fue con Antonio Gades, en cuya compañía estuvo varios años cantando como acompañante al baile.
Grabó más de treinta de discos durante su carrera, y en muchos de ellos se refleja esa inquietud artística de innovar en el arte flamenco.
En 1970, el Lebrijano grabó, "De Sevilla a Cádiz", con el acompañamiento de Niño Ricardo y Paco de Lucía, secundándole en las guitarras.
En el disco "Encuentros", por ejemplo, se unió con la Orquesta Andalusí de Tánger, un trabajo en el que se redescubre las raíces árabes del flamenco, y ahondando en esta vía posteriormente con discos como "Casablanca" o "Puertas abiertas" en donde colabora con el violinista marroquí Faiçal.
Además de explotar estos nuevos rumbos del flamenco, destacará también en la recreación de estilos perdidos en el tiempo.
En 1992. Sevilla celebraba la Exposición Iberoamericana y El Lebrijano, por su parte, el descubrimiento de América. Lo hizo con el álbum "¡Tierra!" , escrito por el poeta José Manuel Caballero Bonald. Y este hecho resulta curioso, pues él inició la hazaña marinera de Colón y, tiempo después, su sobrino, el pianista David Dorantes, la de Magallanes y Elcano.
En su disco, "Lágrimas de cera", se apoya en lo flamenco, pero son los músicos orientales y el coro femenino de voces búlgaras los que otorgan a este álbum de Juan Peña El Lebrijano su personal sonido.
Otro caso ejemplificador de la búsqueda de nuevas posibilidades en el arte flamenco es "La palabra de Dios a un gitano", que fue grabado en 1972 con el acompañamiento de una orquesta sinfónica, primer álbum donde se adaptan versículos de la Biblia a los palos del flamenco.
También destacó por creaciones más personales y de carácter conceptual como sería "Persecución", también del año 1972, con textos del poeta Félix Grande cuya temática era el maltrato al pueblo gitano.
En 1999, el Ministerio de Cultura le otorga la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, uno más de los múltiples premios y distinciones con que ha sido galardonado a lo largo de su vida.
En 2008, homenajeó a Gabriel García Márquez en el disco "Cuando Lebrijano canta se moja el agua", cuyo título es una frase que el escritor dijo de él.
Estudioso del flamenco, se quejó de la falta de interés de los jóvenes cantaores en beber de las viejas fuentes, como el hacía durante toda su carrera.
No dominó todos los palos, sino que los hizo suyos para contar lo que creía. Colocó el mensaje por delante de la técnica y se rompió varias veces el corazón para ofrecérselo al público, no pecó de tópicos. Se hizo universal y, voló con la lengua por las nubes y terminó como depositario de una obra excelsa.
Si desean escuchar sus temas, pulsen en los nombres de los álbumes y podrán elegir la canción preferida de ellos. ¡Que disfruten con su cante!.
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