viernes, 16 de febrero de 2024

ANTONIO SALIERI, Todo sobre él

 


Antonio Salieri nació en Legnago (Italia) el 18 de agosto de 1750 y falleció en Viena (Austria) el 7 de mayo de 1825, fue un compositor y pedagogo italiano. Aunque en su tiempo fue uno de los compositores más apreciados, en la actualidad es más conocido por su rivalidad con Mozart que por su propia labor creativa, hasta el punto de ser protagonista de una leyenda, surgida durante el Romanticismo, que le acusaba de haber envenenado por su rivalidad a Mozart, ese genio de Salzburgo. 
Era hijo de Antonio Salieri, que era zapatero de oficio, y su esposa, Anna Maria. Inició sus estudios musicales en su ciudad natal de Legnago, primero fue instruido en casa por su hermano mayor Francesco, y allí recibió lecciones adicionales del organista de la Catedral de Legnago, Giuseppe Simoni, alumno de Giovanni Battista Martini. 
Fue educado en Venecia, ciudad desde la que se trasladó a Viena en 1766 en compañía de Leopold Gassmann, su maestro desde ese momento, y fue este compositor bohemio quien le introdujo en la corte austriaca, al servicio de la cual iba a desarrollarse toda la carrera del músico, ya en Viena se relacionó con Gluck, Scarlatti, Metastasio y Calzabigi y se dio a conocer como autor de óperas cómicas en el teatro de la corte. 
Entre 1778 y 1780 viajó por Italia, donde hizo representar algunas de sus obras en diversas poblaciones del país. De vuelta a Viena, alcanzó uno de sus mayores éxitos con la ópera alemana "El deshollinador". 
En 1784 estrenó en París su obra maestra, la ópera "Las Danaïdes", en ella, la clara vena melódica se funde admirablemente con un fuerte dramatismo, arias, duetos, coros, intermedios, todo se sucede en un sugestivo crescendo, en el que la música y el argumento se funden en una conciencia de valores expresivos que anuncia ya, en cierto sentido, al teatro romántico. En la primera representación de Las Danaides, Salieri figuró como "colaborador" de Gluck, pero en las representaciones siguientes, tras el gran éxito, el maestro italiano se reveló como el único autor de la obra y su nombre llegó al máximo de la fama.
Ya en Viena, llevó a la escena las composiciones cómicas "La gruta de Trofonio" en 1785 y "Prima la musica e poi le parole" en 1786. La primera de ellas fue una de las que tuvieron mayor éxito en los escenarios vieneses de su época. La obertura es indudablemente su mejor página, comprende los diversos temas, comenzando por el de "La Grotta di Trofonio" cuando evoca los espíritus, luego unos recitativos instrumentales alternan con movimientos de tono juguetón campestre o de carácter grotescamente grave. Esta obertura, importante por la riqueza de su elaboración en contraste con lo que era usual en su época, sólo es comparable por su madurez de forma con las de las últimas óperas mozartianas. 
Durante el período 1788-1824 desempeñó en la corte austríaca el cargo del maestro de capilla. Por aquel entonces desarrolló asimismo una importante actividad didáctica, entre sus discípulos figuraron Beethoven, Schubert y Liszt. 
De sus restantes óperas merecen citarse "L'Amore innocente" de 1770, "Don Chisciotte" también de 1770, "L’Europa riconosciuta" de 1778, "Tarare" de 1787 y "Falstaff" de 1799. A sus sesenta y tres años de edad, Salieri alternaba sus clases con un puesto en la Orquesta de Viena. Allí, el 8 de diciembre de 1813, en un concierto de caridad para los soldados heridos en la batalla de Hanau, junto a Hummel, Meyerbeer, Louis Spohr, Ignaz Moscheles, Domenico Dragonetti y Andreas Romberg, forma parte de un gran grupo de músicos de la orquesta dirigida por un antiguo discípulo suyo, Ludwig van Beethoven. El maratónico repertorio comprendía los estrenos de varias obras del propio Beethoven, entre ellas la "Séptima Sinfonía" y "La victoria de Wellington". 
En sus últimos años de vida, Salieri vio cómo su salud empeoraba repentinamente y de modo irreversible. Quedó ciego y pasó los últimos años de su vida internado en un hospital. 
Fue 
enterrado en el cementerio central (Zentralfriedhof) de Viena. La leyenda atribuye a Schubert, su alumno predilecto, la dirección del "Requiem" que el propio Salieri había escrito tiempo atrás para su propia muerte. 
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