Édith Giovanna Gassion nació en París (Francia) el 19 de diciembre de 1915 y falleció en Plascassier (Grasse, Francia) el 10 de octubre de 1963, fue una de las cantantes francesas más célebres del siglo XX. Nació literalmente en la calle luego de que su padre, el acróbata Louis Alphonse Gassion, decidiera celebrar la llegada de su hija abandonando a su madre la cantante ambulante Annetta Maillard, cuando empezó los síntomas del parto. La mujer, con pocas fuerzas, apenas pudo salir a la calle para pedir ayuda sin lograrla y sin poder llegar al hospital por sus propios medios. Sola, dio a luz debajo de un farol frente al número 72 de la calle de Belleville, en París.
Ninguno de sus padres se hicieron cargo de la niña en sus primeros años, pues su madre Annetta, cansada de vivir sumida en la pobreza, se la dejó a su abuela materna, la artista circense Emma (Aïcha) Saïd Ben Mohammed, quien en vez de darle leche en el biberón la alimentaba con vino, con la excusa de que así se eliminaban los microbios. Después fue entregada a su padre Louis, que poco después fue incorporado al ejército para luchar en la Primera Guerra Mundial, lo que le lleva a dejar a la niña con su abuela paterna, quien era dueña de una casa de prostitución, donde la niña es criada por las prostitutas de la casa.
Tras la guerra, su padre Louis regresó por Édith y la lleva a vivir junto con un circo itinerante donde él es uno de los artistas, y sigue su vida como artista ambulante, siempre con poco dinero y falta de alimentos. Llevaba a la niña cuando actuaba, y fue entonces cuando la necesidad y todos sus sentimientos afloraron en su voz en las canciones populares que cantaba por las calles junto a su padre.
Mientras ella cantaba junto a su padre en las calles de París, sin quererlo repetía la historia de su madre, que también lo había hecho. La niña, tímidamente parada en una esquina, interpretaba las canciones populares y veía cómo comenzaban a caer a sus pies o dentro de su boina algunas monedas, escuchaba los primeros aplausos y veía miradas de respeto. Las que les fueron negadas a su madre y a su padre, en esas mismas calles.
Toleró esa vida hasta los 14 años, cuando, convencida de su talento, al separase de su padre en 1929 decidió abrirse camino sola cantando en la Plaza Pigalle, Ménilmontant, y en los suburbios de París. En 1933, a los diecisiete años, se enamoró de un mozo de recados, Louis Dupont, con quien poco después tuvo su única hija, una niña llamada Marcelle, la cual murió de meningitis con tan solo dos años. La vida de la cantante quedó marcada por esta tragedia. Siguió cantando en cafés y clubes de la calle Pigalle, en el mundo que rodeaba a los barrios menos recomendables del París de la época.
Su vida cambió cuando, cantando en la calle, un transeúnte muy elegante se paró a escucharla. Ese hombre resultó ser Louis Leplée, propietario del cabaret Gerny's, uno de los más conocidos de París. Tras una pequeña prueba, Edith fue contratada de inmediato. Y en 1937 nació una estrella ya que su éxito no tardó en llegar, conocida como "Môme Piaf" ("pequeño gorrión"), un nombre por el que es conocida universalmente. El propio Leplée instruyó a Edith para convertirla en una gran figura del cabaret.
Sin embargo, la vida volvió a castigar a la joven Piaf, ya que Leplée fue encontrado muerto de un disparo en el club que regentaba, la cantante fue sospechosa del asesinato. La prensa la acusó y la sociedad elitista parisina le volvió la espalda. Volvió a mezclarse con lo peor de los barrios bajos de París, cantando en tugurios y llevando una vida desordenada.
Su consagración llegó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en la musa de poetas e intelectuales del París existencialista y se ganó la admiración incondicional del público. Un letrista conocido como Raymond Asso, que era su amante, la ayudó a sobreponerse. Edith Piaf remontó el vuelo y volvió a los grandes escenarios de Francia, de Europa y de América.
Entabló amistad con la actriz Marlene Dietrich, y se convirtió en la gran dama de la canción francesa, ayudando a talentos emergentes como, Charles Aznavour, Georges Moustaki, Yves Montand o Gilbert Bécaud, y relacionándose con intelectuales como Jean Cocteau.
En 1946 viajó a Nueva York y conoció al amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan, el amor que vivió junto a Marcel le devolvió la paz. A su lado conoció la felicidad y pudo también controlar su adicción al alcohol. El hombre la ayuda a sacar su mejor versión debajo del escenario y cuando las luces se apagaban. Marcel falleció en 1949 al estrellarse el avión en que viajaba en las Islas Azores. Esto hundió nuevamente a Edith en una profunda depresión, que superó a base de alcohol y tranquilizantes. Fue a la vez la época de sus grandes éxitos como "La vie en rose" o "Les trois cloches", entre otros.
En 1950 colaboró con Charles Aznavour en canciones como "Jezébel", fue el año además en que triunfó en el Olympia, mientras que en 1956 lo haría en el Carnegie Hall de Nueva York. Tras un accidente, Edith quedó maltrecha y se hizo adicta a la morfina. Una larga lista de enfermedades le fueron diagnosticadas, y en 1959 se le descubrió un cáncer. Sus últimos años vivió alejada de los escenarios junto a su nuevo marido, el griego Theo Lambukas.
Tuvo varios amantes, los buscaba y los mantenía hasta cuándo y dónde quería, varios de ellos fueron: Marlon Brando, Yves Montand, Charles Aznavour y Georges Moustaki. El 29 de julio de 1952 volvió a contraer matrimonio con el cantante francés, Jacques Pills, de quien se divorció en 1956. Durante ese matrimonio, en 1953, decidió comenzar un programa de desintoxicación por su adicción a la morfina.
Tras un nuevo divorcio se consagró como la artista de music-hall más aclamada, especialmente en los Estados Unidos. Allí inició una nueva relación con Georges Moustaki, a quien promueve en la canción. En 1958, la pareja sufre un grave accidente automovilístico que empeoró su ya abatida salud.
No estaba bien, pues sufría dolores en todo el cuerpo y nuevamente dependía de la morfina para estar en pie. Su cuerpo diminuto, siempre vestido de negro, apenas podía ocultar las dolencias ante el público. O así lo creyó hasta 1959, cuando se desmayó mientras ofrecía un concierto en Nueva York. Fue sometida a un sinfín de intervenciones quirúrgicas. Apenas se recuperó un poco regresó a París sola, ya que su relación con Moustaki, había terminado.
Theo Sarapo, otro joven cantante, llegó a su vida y mantuvieron una relación que la propia Edith consideró como "de un hijo que cuida a su madre vieja". Se casó con él el 9 de octubre de 1962. Quizás presagiando su final quiso dejar sus pertenencias a alguien. Tenía 46 años. Estaba cansada, enferma, agotada y su salud empeoraba con los días. Su dependencia a altas dosis de morfina era constante.
Recibió una gran cantidad de premios por toda su carrera artística. Tiene un museo con su nombre en el número 5 de la calle Crespin-du-Gast en el distrito 11 de París, en el cual las visitas son gratuitas. Contiene recuerdos de la artista,tales como: fotografías, cartas, partituras, carteles, vestidos de escenario y ropa de calle, incluidos sus famosos vestidos negros, accesorios, grabaciones, esculturas, pinturas, una parte de los discos de oro y platino recibidos y una colección de porcelanas, etc.
¡Que disfruten con su música!
Varias de sus canciones que popularizó:
"Mon légionnaire" - "L'Accoordéoniste" - "Je ne regrette rien" - "La vie en rose" - "Les amants de Paris" - "Hymne a l’amour" - "Padam... Padam..." - "Mon manege a moi" - "Mon dieu" - "Sous le ciel de Paris" - "L'homme à la moto" - "Les amants d'un jour" - "La Foule" - "Les trois cloches" - "Milord" o "Non, je ne regrette rien".
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